REPORTE DE COSECHA - 2016

El cultivo en secano, el clima frío y la nieve eterna. Honestamente podemos decir que el 2016 ha sido la añada más fría de las últimas tres décadas. El clima frío arrancó en el invierno de 2015 cuando la nieve cubrió enteramente los Andes llevando el caudal de arroyos y acuíferos subterráneos a sus máximos históricos. La Cordillera de los Andes permaneció blanca durante todo el verano y las fotografías de los viñedos verdes junto a las montañas nevadas inundaron las redes sociales. Los rendimientos fueron entre un 40 y 50% menores de lo habitual resultando en vinos de gran concentración, mineralidad y potencial de guarda.
Dr. Laura Catena, Directora General, Alejandro Vigil, Director de Enología y Luis Reginato, Enólogo y Director de Viñedos
harvest 2016

Sin embargo, a medida que se acercaba el verano y las lluvias seguían, temíamos otro 1998, un año en el que tres semanas de lluvia trajeron botritis en medio de un verano cálido. El clima inusualmente frío del verano terminó salvándonos de dos maneras muy específicas: 1. Los rendimientos resultaron entre un 40-50% más bajos en todo Mendoza y por lo tanto la fruta, bien distribuida, no se vio afectada por la enfermedad 2. El clima frío impidió que la botritis se propagase por toda la provincia.

Durante los meses cruciales de febrero y marzo, las lluvias de El Niño habían disminuido y la cosecha continuaba al ritmo habitual. El final de la cosecha se declaró el 25 de abril con la primera nieve de otoño. En términos generales, esta fue una de las temporadas de cosecha más cortas que podemos recordar, comenzando con 2 a 3 semanas de retraso, y finalizando 2 semanas antes de lo habitual. Los vinos de 2016 son inusualmente bajos en alcohol (12.5 a la 13.5 es la norma) y con un alto contenido de acidez natural. Y si el clima frío realmente incide en la calidad, como nosotros creemos, muchas áreas consideradas demasiado cálidas para vinos de calidad, este año se comportaron excepcionalmente bien.

La Zona 4 del Índice de Winkler se convirtió en Zona 3, la Zona 3 en Zona 2 y así sucesivamente. También nos sorprendió no encontrar sabores diluidos con el aumento de las lluvias. Tal vez esto se deba al hecho de que en el lapso de febrero a abril las precipitaciones se mantuvieron dentro de la norma. De todas formas, este año nos obliga a cuestionarnos todo lo que hemos creído previamente sobre restricción hídrica y cambio climático.

La clave para la calidad de este año fue la parcelización. Durante la última década, el equipo de viticultura de Catena Zapata y el Catena Institute han dividido los viñedos de la familia en cientos de parcelas que se cultivan y se cosechan por separado. Con las lluvias, la heterogeneidad aumentó en muchos lugares y el identificar el momento de cosecha adecuado para cada parcela y tipo de suelo resultó más crucial que nunca. Recién sabremos acerca del potencial de guarda y la calidad de cada región, viñedo y parcela en junio y julio, cuando nos preparamos para realizar los blends.

2016 HARVEST IN THE CATENA ZAPATA VINEYARDS

VIÑEDO ADRIANNA - Gualtallary, Tupungato, Valle de Uco, Mendoza, 1450 m s/n mar

Las lluvias fueron mayores en el Valle de Uco, lo cual fue una suerte, ya que allí los suelos de montaña, de origen aluvional, permiten un drenaje mejor. Además de la lluvia, tuvimos granizo en Adrianna. Afortunadamente, las redes-antigranizo protegieron a nuestras parcelas Grand Cru. El viñedo Adrianna se cultiva en secano, y pudimos ver todo el alcance de la agricultura ecológica, con flores silvestres, abejas e insectos florecientes debido al aumento de agua. La temporada de cosecha fue más corta de lo habitual, en alrededor de un mes, y el clima podría ser caracterizado como Zona 1 (la de la Borgoña), dentro de la escala Winkler. Prevemos que los vinos Adrianna 2016 requerirán más tiempo en botella antes de su consumo.

VIÑEDO ANGÉLICA - Lunlunta, Maipú, Mendoza, 1120 m s/n mar

Una violenta tormenta de granizo que se produjo después de la floración, redujo significativamente los rendimientos. Afortunadamente, nuestras preciadas vides de más de 70 años, en el Lote 18, cubierto con redes antigranizo, no sufrieron ningún daño. Se trata de un antiguo viñedo en una zona tradicional que es un poco demasiado calurosa en añadas cálidas. El clima frío de este año aumentó los niveles de acidez natural de manera que pudimos apreciar toda la gloriosidad de este antiguo viñedo. Un 10 + para la vendimia del Viñedo Angélica.

VIÑEDO LA PIRÁMIDE - Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza, 950 m s/n mar

Esta temporada, el Viñedo La Pirámide se cultivó completamente en secano debido al incremento de lluvias. Los suelos arcillosos añadieron un nivel de frescura. Excelente vendimia para este viñedo.

VIÑEDO DOMINGO - Villa Bastías, Tupungato, Uco Valley, Mendoza, 3675 m s/n mar

Cultivado en secano este año. Sabores nítidos y muy mineral. Los rendimientos fueron 30% más bajos de lo habitual. El Cabernet Sauvignon que interviene en el corte de Catena Alta fue particularmente impresionante.

VIÑEDO NICASIA: Malbec - Altamira, San Carlos, Mendoza, 900 m s/n mar

Para Nicasia fue un año con temperaturas más frías de lo habitual, pero sin disminución de los rendimientos. El Malbec del Lote 2 fue el más destacado de este año, con sabores densos y delicados aromas a frutos rojos en la nariz. No hubo granizo ni heladas (comunes en esta zona) por suerte.

VIÑEDO ANGÉLICA SUR - El Cepillo, Eugenio Bustos, Mendoza, 900 m s/n mar

Los rendimientos se redujeron en más de un 50% debido al frío. El Viñedo Angélica Sur, al igual que Adrianna, posee suelos muy heterogéneos, por lo cual cultivamos cada parcela en forma individual. Debido a las lluvias más intensas de lo habitual, observamos notables diferencias entre las parcelas rocosas e inclinadas y aquellas con suelos más profundos de las partes planas. Una vez más, este año pudimos entender lo que aprendimos de nuestros amigos en la Borgoña, acerca de las laderas y los niveles de calidad. Las parcelas inclinadas y rocosas dieron la mejor calidad.